lunes, 7 de junio de 2010

XVII. CORRE CALLES

Por estas mismas calles transitamos cuando aún éramos manada. Al acecho de cualquier historia-vida-chica-jaleo. Ahora como mucho somos un puñado de salvajes domesticados buscando no sabemos qué en no sabemos dónde. Todo va más rápido de lo que queremos aceptar. Pero al menos aún somos un puñado y me pregunto qué pasará cuando sólo seamos un par. O uno.
Por estas mismas calles aunque bien mirado ya no son las mismas. Cuesta reconocerlas y por supuesto ellas no nos reconocen a nosotros. Deberíamos volver a dejarnos los dientes y el hígado clavados en sus adoquines para que vuelvan a proclamarnos reyes de sus aceras.
O dejar que todo siga pasando más rápido de lo que queremos aceptar. Sin rencores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario