miércoles, 14 de abril de 2010

VII. ARAÑAS

Estuve toda la noche intentanto desentramar las telarañas que hace años fabricó el Viejo Cascarrabias y apenas he comprendido nada. Su anfetamínica mente iba mucho más deprisa cuando las tejió de lo que la mía es capaz de asimilar. A veces pienso si le gusta putearnos. Pero no es así. Todas esas imágenes tienen sentido para él de algún modo que para nosotros ¡oh simples mortales! nos costaría una vida entender. Porque él es inmortal. Y eterno. Sin secreto de confesión no nos daría ni los buenos días pero si nos lo cuenta a su manera sabe que sus pecados y secretos seguirán a salvo. A cambio puede desnudarnos con una mirada e iluminar nuestra alma con una palabra.
Por supuesto sé que una noche no significa nada. Así que seguiremos tirando de los hilos durante más de treinta años.
En la tele, Harrelson y sus hombres luchan contra el glorioso Sindicato del Crimen como hace más de treinta años. No han cambiado tanto las cosas.
Al fin y al cabo, ¿qué son treinta años?

No hay comentarios:

Publicar un comentario